Primicias24.com- Los papas de la Iglesia católica Juan XXIII y Juan Pablo II fueron canonizados el 27 de abril de 2014 en un acto oficializado por el papa Francisco, máxima autoridad de la Ciudad del Vaticano actualmente.
Juan XXIII fue canonizado por sus méritos a la apertura del Concilio Vaticano II, mientras que a Juan Pablo II le fue atribuido un milagro, se trata de la curación de una grave lesión cerebral que había padecido Floribet Mora de Costa Rica, el 1 de mayo de 2011.
El evento fue celebrado en la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, durante la mañana del Domingo de la Misericordia, el segundo domingo de Pascua y el final de la Octava de Pascua.
Los concelebrantes de la misa fueron el papa emérito Benedicto XVI, junto con unos 1500 obispos e integrantes del colegio cardenalicio, con la presencia de entre 800 mil y un millón de peregrinos.
Asistencia de reyes, reinas, presidentes y muchos más
La canonización de ambos papas contó con la presencia de reyes, reinas, presidentes y primeros ministros de más de 90 países.
Entre los asistentes de gran renombre destacan autoridades políticas de la época como: Juan Carlos I de España y Sofía de Grecia, el presidente polaco Bronislaw Komorowski, así como delegaciones de todos los países de América Latina, además del presidente paraguayo Horacio Cartes y de Ecuador, Rafael Correa, entre otros.
“Dos hombres valerosos”
El papa Francisco señaló en dicha ceremonia que Juan XXIII y Juan Pablo II “tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado”.
Señaló que ambos fueron “dos hombres valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios”.
Continuó su discurso asegurando que los referidos personajes eran contemplativos “de las llagas de Cristo” y a su juicio, fueron testigos de su misericordia.
“Ésta es la esperanza y el gozo que los dos Papas santos recibieron como un don del Señor resucitado, y que a su vez dieron abundantemente al Pueblo de Dios, recibiendo de él un reconocimiento eterno”, sostuvo el pontífice.
La Misa también contó con la presencia del Papa emérito Benedicto XVI, a quien Juan Pablo II le solicitó en 1981 que guiara la Congregación para la Doctrina de la fe.
