La idea de los científicos, era descifrar los misterios de uno de los elementos menos explorados del Sistema Solar: su estrella central
Primicias24.com- La sonda Parker Solar Probe fue lanzada el 12 de agosto de 2018 a las 07:31 UTC mediante un cohete Delta IV Heavy, desde Cabo Cañaveral, costa este del estado de Florida, Estados Unidos, para estudiar la corona solar in situ.
La idea de los científicos, era intentar descifrar los misterios de uno de los elementos menos explorados del Sistema Solar: su estrella central.
“La Parker Solar Probe nos ayudará a hacer un trabajo mejor al predecir cuándo ocurrirá una perturbación de los vientos solares que podría afectar la Tierra”, explicó al momento, Justin Kasper, uno de los científicos del proyecto y profesor de la Universidad de Michigan.
Agregó que “la sonda Parker podría ayudarnos a predecir mejor cuándo podría golpear la Tierra una tormenta solar”.
La sonda, de dimensiones pequeñas (65 kilos y 3 metros de altura), alcanzó una distancia de 6 millones de kilómetros del Sol, lo que equivale a 4 centímetros del mismo, si la Tierra estuviera a un metro del Sol.
Además, obtuvo 700.000 kilómetros por hora, la mayor velocidad que hasta ahora, desarrolló cualquier otra nave construida por el hombre. Velocidad que equivale a viajar entre Nueva York y Tokio en un minuto y que permitió a la sonda alcanzar el Sol, en pocos meses.
Un año después del lanzamiento, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), publicó sus primeras observaciones acerca del borde de la atmósfera del Sol, lugar al que ninguna otra misión había llegado antes.
Las revelaciones, repartidas en cuatro artículos publicados por la revista británica Nature, ofrecieron pistas sobre misterios que inquietaron a la comunidad científica desde décadas atrás.
Uno de ellos es ¿por qué la atmósfera del Sol es mucho más caliente que su superficie?
La superficie solar tiene una temperatura de aproximadamente 5.500 grados Celcius. Es, sin dudas, extremadamente caliente, pero puede parecer fresca cuando se compara con la de la corona, donde se puede llegar a los millones de grados.
“Es como si la temperatura de la superficie de la Tierra fuera la misma que tenemos pero la de su atmósfera fuera de muchos miles de grados. ¿Cómo puede funcionar eso?”, se preguntó el profesor Tim Horbury, coinvestigador del Parker.
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Las observaciones del Parker revelaron que las partículas del viento solar parecían ser liberadas como chorros explosivos en lugar de irradiarse. Horbury describió el proceso como una “explosión” constante.
